jueves, 4 de agosto de 2016

Ay.. las dietas

Hola!! ¿Cómo va ese mes de Agosto? Aquí con mucho calor pero disfrutando de la playa, los helados, las terracitas y todo lo bueno y rico que nos trae la época estival. Hoy la entrada va a ser más que nada una reflexión sobre alimentación y dietas. Yo no soy nutricionista, soy enfermera pero estoy harta de escuchar y leer barbaridades relacionadas con la alimentación. En esta entrada no voy a dar trucos para perder 5kg en una semana o lucir un cuerpo de modelo en 15 días, voy a limitarme a dar mi opinión y espero que de algún modo u otro le ayude a alguien a cambiar ciertos estilos de vida poco saludables.



En primer lugar tenemos que cambiar el vocabulario. Sí, habéis leído bien. Cuando una persona quiere perder peso tiene que concienciarse en que no se va a poner a dieta, a régimen, privarse o como lo queráis llamar, sino que va a cambiar sus hábitos de alimentación. 

En segundo lugar hay que tener claro que no es fácil. Toda dieta fácil de llevar a cabo y que promete resultados espectaculares y en poco tiempo tenemos que saber que es falsa. Así de sencillo. Todos hemos oído hablar de la dieta de la alcachofa, de la piña, de los puntos, de los batidos, la dukan, etc. Olvidaos. Es cierto que se pierde peso, pero por una sencilla razón: si yo me paso una semana entera comiendo solamente lechuga, aunque me coma una tonelada de lechuga voy a perder peso, pero voy a tener un déficit de nutrientes que se caga la perra, y me vais a perdonar la expresión. Así que punto 2: los milagros a Lourdes.

Otra clave a tener en cuenta es que no existen los alimentos prohibidos. Esto funciona igual que con los niños pequeños, si tú le dices a un niño no hagas eso, lo va a hacer con más motivo. Pues en la alimentación igual, si te dicen no comas chocolate, o no comas helado o cualquier otro alimento tu cabeza no va a dejar de pensar en ese alimento y en el momento en que tu fuerza de voluntad flaquee te vas a pegar un atracón del que luego te vas a arrepentir. Así que darse un capricho de vez en cuando y matar el gusanillo no es malo. Eso sí, estamos hablando de un capricho semanal, o dos veces en semana, no que te plantes con una tarrina de helado de huevo de chocolate del mercadona viendo una película y no pares hasta que te la termines.

Deporte. Es la pieza clave no solo para perder peso sino también para mantenernos activos y sentirnos bien con nuestro cuerpo. No es necesario correr maratones o hacer triatlón. Yo siempre digo que el ejercicio debe estar adaptado a la edad y la condición física de cada uno. No se puede pedir el mismo rendimiento a un chaval de 20 años que a una señora de 65 con una prótesis de rodilla. Ahora está muy de moda el running, o sea, el correr de toda la vida, y mucha gente se ha apuntado a esa fiebre del running a la vez que se han ido apuntado a la moda de lesionarse las rodillas. Porque sí, correr es un deporte de impacto y las rodillas sufren, y no poco. Con esto no quiero quitarle las ganas de correr a nadie, pero siempre con sentido común y sabiendo cuándo parar. Salir a andar es un deporte tan válido como el correr, eso sí, andar rápido, no me vale pasear con una bolsa de pipas. Y ya cada uno puede elegir: andar, tenis, pádel, baloncesto, natación, bicicleta, kick boxing, aeróbic, en fin, las posibilidades son enormes. Como recomendación, quien no esté acostumbrado a hacer deporte que se lo tome con calma y vaya aumentando la duración y el ritmo progresivamente, no me sirve que hoy te pegues un tute y no vuelvas a menear el culo hasta dentro de 10 días cuando te desaparezcan las agujetas.


El pan engorda. Jajajajajja y la lechuga también. Lo único en esta vida que no engorda es el agua, y ojo, que si os compráis aguas de estas modernas saborizadas también le estáis metiendo calorías tontas al cuerpo. En una dieta no puedes suprimir el pan, para mí la tostada en el desayuno es sagrada. Es cierto que no te vas a comer una barra de pan al día, pero no lo consideréis un alimento tabú, al igual que pasa con los plátanos que tienen esa mala fama de que engordan. Amigos y amigas, más engorda un bollicao.

PROHIBIDO saltarse comidas. Saltarnos comidas lejos de ayudarnos a perder peso nos va a poner más difícil que lo perdamos. Me explico. El ayuno prolongado es una señal de alerta para el cuerpo y lo que va a hacer es que en la próxima comida lo retengamos todo, es un modo de "guardar provisiones" por si vuelve el ayuno. Además, comer de forma frecuente aumenta el metabolismo basal ya que mientras estamos comiendo estamos quemando energía.

Las ensaladas NO son aburridas. Si siempre tomas la ensalada con solo lechuga pues sí que es aburridísimo pero es que el abanico de posibles ingredientes para ponerle a una ensalada es casi infinito. Lo ideal es poner una base de hojas, ya sea cualquier tipo de lechuga, escarola, canónigos, rúcula, espinacas, o la que te dé la gana y añadirle unos cuantos ingredientes que se pueden ir variando. Ejemplos varios: frutos secos (sin sal), tomate, atún, dados de pavo, queso fresco, aguacate, piña, manzana, surimi, cebolla, huevo duro, remolacha, zanahoria, brotes de soja, pepino. Y para el aliño una pizca de sal, un poco de aceite y vinagre. También puedes utilizar los vinagres balsámicos que le dan un toque muy rico. Yo además suelo añadirle albahaca a las ensaladas. ¿Te siguen pareciendo aburridas?

Zumos DETOX. Últimamente la moda más puntera es la de comprarse una batidora de vaso y hacer zumos que llaman Detox. Bueno, alguna blogger o youtuber me matará, me pondrá la cruz, pensará que no tengo ni idea, etc. Pero me da bastante igual. Los batidos detox son una estupidez enorme. ¿Que te gusta su sabor? Estupendo, tómatelo (si es casero) porque está elaborado con frutas y verduras y es sano, pero no cometas la locura de tomártelo con arcadas solo porque te va a ayudar a eliminar toxinas. En el cuerpo humano hay dos estructuras muy monas con forma de habichuela que se llaman riñones y que se encargan de eliminar las toxinas. No nos engañemos, si los zumos detox eliminaran toxinas, limpiaran la sangre y mil barbaridades más que se leen por ahí no estarían los hospitales llenos de gente en diálisis. Una vez más, apelo al sentido común.

Los niños y la merienda. Estos días yendo a la playa me ha dado por fijarme en qué meriendan los niños que hay a mi alrededor y me he llevado las manos a la cabeza. Vaya por delante que no soy vegana, naturista, ecologista ni nada verde que tan de moda está ahora y que es totalmente respetable aunque yo no lo comparta, la mayoría toma zumos de brick y bollos, barritas y alimentos envasados de ese estilo. Yo recuerdo que cuando era pequeña mi madre para merendar me hacía mi bocadillo (de atún, chopped, mortadela, salchichón, chorizo, nocilla...) y llevaba un termo con leche fresquita con Nesquik o Cola Cao (estas marcas no me patrocinan jajajja) o algo de fruta. Aunque sigo viendo niños con bocadillos y fruta (¡menos mal!) me preocupa mucho la alimentación de esos niños y las consecuencias que les pueda acarrear cuando sean adultos. Es mucho más cómodo echar a la mochila algo de bollería industrial que ponerse a preparar el bocadillo o pelar la fruta, pero ¿y la cantidad de mierdas que le estamos dando de comer a los niños?

Podría seguir hablando de alimentación indefinidamente pero no me quiero poner cansina. Hay que tener claro que si las dietas milagro funcionaran no existirían los gordos, no tiene más ciencia. Y que para perder peso no hay nada más cierto que el refrán Menos plato y más zapato.

Espero que os haya gustado y de alguna manera os sirva esta entrada sobre hábitos de alimentación. ¿Os animáis a contarme alguna experiencia haciendo dieta? ¿Alguna duda, queja, sugerencia? Cualquier comentario será bienvenido. Por el momento me despido hasta la próxima.

Besis

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